Hace años que se empezó a informatizar las historias clínicas en la atención primaria. Desde entonces no hemos hecho más que retrocesos.
Tardamos años en pulir OMI-AP para que al final funcionara de forma aceptable. Entonces algún "listillo" nos dió el cambiazo con excusas tontas, y que visto como han ido las cosas, yo diría que de juzgado de guardia.
Nos intentaron vender la moto con un sucedáneo llamado e-CAP: un patinete más que una moto. Perdimos montones de datos de pacientes en el cambio y encima tenemos una especie de agenda que hace recetas (por cierto con muchos problemas para hacerlas), bajas , derivaciones y algunas chorradas de poca utilidad.
Todo eso en ordenadores "zombies" , con puertos USB capados, en los que no puedes leer un CD de un TAC porque puede tener un programa "peligroso", en el que no puedes usar programas libres como Firefox, Open Office o similares porque entonces no se podría pagar a Microsoft y eso también sería "peligroso". ¿Se puede mantener un nivel de seguridad informática aceptable, ofreciendo a la vez herramientas que sean útiles al que las necesita? : sí podemos !!.
Ya tenemos lo que "ellos" quieren: una herramienta de control de gasto; pero seguimos sin una historia clínica y encima se llevaron las de papel : para mí, que no soy nada sospechoso de estar contra la informática y sus avances, muy superior para valorar y seguir al paciente que lo que tenemos ahora. En el sobre de papel era menos de 30 segundos lo que se necesitaba para encontrar el informe de un TAC, en e-CAP puedes estar los 5 minutos de consulta clikando el ratón para encontrar, a veces, lo que buscas.
Una indecencia, de la que no sabemos su coste ni los verdaderos motivos para mantenerla. Lo quisieron meter en la época de CiU, y los del tripartito siguieron la estela para no ser menos o porque no saben o no quieren saber la verdad. Un ejemplo paradigmático de lo que los políticos no tiene que hacer en la sanidad pública, salvo que quieran echarle una manita... para abajo, antes de privatizarla para alivio de los fanáticos del mercado.
Una herramienta que no sirve al médico y por tanto tampoco al paciente, que amontona los datos sin orden, que tiene invertido el órden lógico del acto médico puesto que hay que darle un diagnóstico antes de saber lo que tiene el paciente, que codifica los diagnósticos de forma retorcida; pero eso no importa, al menos hasta que pase algo gordo. Y si ha de pasar, yo ruego a ese Dios que probablemente no existe, que pase pronto.
Tardamos años en pulir OMI-AP para que al final funcionara de forma aceptable. Entonces algún "listillo" nos dió el cambiazo con excusas tontas, y que visto como han ido las cosas, yo diría que de juzgado de guardia.
Nos intentaron vender la moto con un sucedáneo llamado e-CAP: un patinete más que una moto. Perdimos montones de datos de pacientes en el cambio y encima tenemos una especie de agenda que hace recetas (por cierto con muchos problemas para hacerlas), bajas , derivaciones y algunas chorradas de poca utilidad.
Todo eso en ordenadores "zombies" , con puertos USB capados, en los que no puedes leer un CD de un TAC porque puede tener un programa "peligroso", en el que no puedes usar programas libres como Firefox, Open Office o similares porque entonces no se podría pagar a Microsoft y eso también sería "peligroso". ¿Se puede mantener un nivel de seguridad informática aceptable, ofreciendo a la vez herramientas que sean útiles al que las necesita? : sí podemos !!.
Ya tenemos lo que "ellos" quieren: una herramienta de control de gasto; pero seguimos sin una historia clínica y encima se llevaron las de papel : para mí, que no soy nada sospechoso de estar contra la informática y sus avances, muy superior para valorar y seguir al paciente que lo que tenemos ahora. En el sobre de papel era menos de 30 segundos lo que se necesitaba para encontrar el informe de un TAC, en e-CAP puedes estar los 5 minutos de consulta clikando el ratón para encontrar, a veces, lo que buscas.
Una indecencia, de la que no sabemos su coste ni los verdaderos motivos para mantenerla. Lo quisieron meter en la época de CiU, y los del tripartito siguieron la estela para no ser menos o porque no saben o no quieren saber la verdad. Un ejemplo paradigmático de lo que los políticos no tiene que hacer en la sanidad pública, salvo que quieran echarle una manita... para abajo, antes de privatizarla para alivio de los fanáticos del mercado.
Una herramienta que no sirve al médico y por tanto tampoco al paciente, que amontona los datos sin orden, que tiene invertido el órden lógico del acto médico puesto que hay que darle un diagnóstico antes de saber lo que tiene el paciente, que codifica los diagnósticos de forma retorcida; pero eso no importa, al menos hasta que pase algo gordo. Y si ha de pasar, yo ruego a ese Dios que probablemente no existe, que pase pronto.
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