El
hecho de que nuestra población envejece, y lo hace con frecuencia con mala
salud, está suponiendo un reto en la atención que deben prestar los servicios
de salud.
La consellería
de salut de Catalunya ha puesto en marcha un modelo
de atención al paciente crónico que si bien contiene algunos aspectos que
pueden mejorar la atención a este tipo de pacientes, está generando dudas en profesionales, pacientes, medios de comunicación y redes sociales.
Recientemente,
el diario ABC, publicaba un artículo “Catalunya
obliga a los médicos a marcar a los enfermos terminales para ahorrar” en el
que se vertían afirmaciones sesgadas y tendenciosas con las que no puedo estar
de acuerdo.
Y
antes de explicar porqué, quiero aclarar que no es mi intención defender al ICS, al Sr. Boi ó a la cúpula directiva de
esta empresa que debería ser sanitaria y cada vez lo es menos, para beneficio
de la red privada. Ya lo hacen la mayoría de partidos del régimen,
y algunos médicos
afines al mismo.
El
Sr Boi y muchos de sus adeptos están ahí para liquidar la sanidad
pública. Los trabajadores
del ICS (Institut Català de la Salut) somos maltratados laboral y profesionalmente,
cuando no despreciados como personas, con
la connivencia de colegios profesionales y la pasividad de sociedades científicas y sindicatos.
Nunca,
y trabajo en la sanidad pública desde 1974, se había escuchado menos la opinión
del profesional sanitario, ni se había pisoteado tanto los derechos laborales
que se habían negociado con la administración en base a la legalidad vigente. Nunca en la administración
sanitaria se habían conocido tantos casos de corrupción,
algunos publicados en la revista café amb llet en un libro.
Dicho
esto, la información de ABC presupone que si el médico responde a ésta pregunta
de la historia clínica (ECAP), que algún idiota del ICS ha llamado “pregunta sorpresa”
se va a condicionar su tratamiento:
¿Le sorprendería que este paciente
muriese en los próximos 12 meses?
La pregunta es cuanto menos frívola, y no debe estar en una Historia
Clínica. Yo no voy a marcarla en mis pacientes y creo que se debe retirar o
cambiar; pero no me consta que ni el propio programa de atención al paciente crónico
ni la respuesta a ésta pregunta condicione el tratamiento posterior. Desde
luego no es mi práctica profesional ni la del conjunto de médicos de mi EAP.
Revisar la medicación que toma un paciente es necesario, y retirar
todos aquellos fármacos
que le pueden perjudicar
más que ayudar también lo es. El paciente mayor suele tomar más fármacos y sufre más efectos secundarios, lo que obliga a ser más cuidadoso aún.
Procurar que un paciente que no tiene cura pueda morir dignamente en su
casa, con los suyos, me parece otra obligación profesional y moral, siempre que
se den las condiciones necesarias y exista el apoyo de unidades de curas
paliativas si es preciso.
Lo que no es nada correcto es ligar este tipo de programas, que bien
llevados sirven al paciente, con la Dirección por Objetivos (DPO), que es lo que ha hecho el ICS. O sea con incentivos,
perversos en ocasiones , que ni se han pactado ni tienen fines claros en
algunos casos en que su fin exclusivo es ahorrar gastos. Y ahí es donde ABC aprovecha para alimentar su fobia política, que no para informar.
Por otra parte, cuesta creer que de verdad se pretende lo que se dice en
el programa de atención al paciente crónico cuando, de forma paralela y persistente, se está deteriorando la
sanidad pública y se están dedicando menos recursos
a problemas
sociales y a dependencia. El
peor enemigo de la salud es la pobreza.
La cuestión es que el reto de la asistencia
a los pacientes crónicos en atención primaria es muy potente y debemos
afrontarlo. Para ello es necesario que se empleen recursos,
que se contemple esta necesidad en las agendas de trabajo de los profesionales,
que tengamos soporte (no marketing, digo soporte) por parte del ICS, que se
forme a médicos y enfermeras (no catecismo, digo formación), que la historia
clínica ayude y sea accesible, que se invierta en investigación, que se
coordinen los niveles asistenciales, y que se cuente con la opinión de la
ciudadanía (no clientes, digo ciudadanos) y de los profesionales (no mandados, digo profesionales). Ojalá me equivoque; pero no veo a la clase política haciendo catársis. La solución debe venir de abajo arriba.
A los médicos nos toca aprovechar lo de bueno que tenga este programa de
atención al paciente crónico, luchar para que el mismo no se quede en otra
realidad virtual a la que nos acostumbra la empresa, o en rellenar casillas
absurdas en la historia clínica para cobrar incentivos. Hay mucho que mejorar y
se puede.
Querido colega: Desde el cariño y el respeto, ´tu discurso tiene verdades como puños, pero la solución de verter más recursos en manos muchas veces no preparadas se ha demostrado claramente ineficaz e ineficiente... Y sobre la formación de los profesionales... yo empezaría por saber cuantos realmente están dispuestos a dedicar su tiempo y su esfuerzo fuera de su "periodo asistencial" a formarse en geriatría, gerontología etc... la cultura de la queja es otra de las grandes lacras de esta empresa nuestra , tan querida por ti y por mí. Un abrazo!
ResponderEliminarLos recursos faltan, y muchos, en primaria. Si se trata de cuestionar las manos que los que la gestionan ahora estoy de acuerdo, y puede que no sea por falta de preparación.
ResponderEliminarEl esfuerzo en formación, cuanto menos, debería ser compartido, y probablemente incentivado.
El mantra de la cultura de la queja es algo muy repetido por los jefes del ICS. No conoczco a ningún médico que deje de hacer su trabajo para quejarse. Otra cosa es que nos quieran sumisos.
Gracias por tu comentario.